La llamada Generación XXX está accediendo antes que nunca (de 9 a 11 años) de manera gratuita e ilimitada a unos contenidos pornográficos en los que abundan cada vez más las agresiones sexuales: una exposición demasiado temprana a un material inapropiado, que según numerosos expertos en salud mental distorsiona la percepción de la sexualidad y puede crear patrones de conducta que derivan en adicciones, violencia o disfunciones sexuales.

Como padres, madres y/o profesionales de la educación y la salud mental, debemos mirar de frente esa realidad y evitar que la pornografía sea la responsable de la educación sexual de nuestros niños y niñas.

Por lo tanto, exigimos a nuestros representantes políticos que asuman su responsabilidad y aborden esta cuestión de manera decisiva. Pedimos que se siga desarrollando la legislación necesaria y mecanismos efectivos que obliguen a las plataformas de contenido para adultos a verificar la edad de los usuarios. No podemos permitir que la falta de control siga exponiendo a nuestros menores a contenidos inapropiados y peligrosos para su salud mental y afectiva.

Además, alentamos la promoción de un debate público, abierto y honesto sobre la educación sexual, superando tabúes y prejuicios que obstaculizan el progreso hacia una sociedad informada y saludable.

Es hora de que los partidos políticos dejen de lado sus diferencias y se sienten a trabajar juntos. Otros países ya lo han conseguido. Seguro que podemos llegar a una solución consensuada y es urgente hacerlo ya.